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Hemos oído que hace falta difundir la democracia. Es un error, hace falta educar al hombre: al varón, mujer, joven, anciano y niño. Es necesario dar un paso adelante de la democracia. La democracia fue inventada para ir en busca del poder; la Antropocracia, para ir en busca del hombre, el hombre en el más amplio sentido de la palabra. En más de una docena de países  hemos sabido que la democracia ha sido establecida a base de decretos, por moda o por la fuerza, sea interna o por influencia de un país extranjero. La democracia ya ha tenido su oportunidad en el tiempo, fue sembrada y sus frutos están a la vista en cualquier parte del mundo. La Antropocracia debe sembrarla cada hombre en sí mismo y al día siguiente ya tendrá fruto. En la democracia el hombre es espectador de lo que una minoría instaura; los varones y las mujeres son espectadores y da lo mismo si son activos o pasivos. En la Antropocracia no hay espectadores, todo varón o mujer son actores. No para ir tras el poder, esto es la democracia, sino para que el poder gire en torno del hombre. La democracia es un medio y el objetivo es el poder. En la Antropocracia la palabra ciudadano tiene valor, en su estructura es el último, pero el primero es. En la Antropocracia hay un centro y un círculo perfecto, el hombre girando alrededor del hombre.

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En el gobierno del hombre, Antropocracia es participación, no al estilo de la democracia, en la que ha sido un engaño, ha quedado sólo en el papel y por años ha sido  el alimento de los demagogos, de la política de escritorio, de pasillo  y de espectáculo. La participación en la Antropocracia es aceptar, como producto de la reflexión, el papel que a cada uno le corresponde en un todo. La democracia da respuesta al camino para arribar al poder, al poder de gobernar. La Antropocracia da respuesta al propósito de nuestra existencia. Y me atrevo a aseverar de nuestra existencia en cualquier terreno. ¿Qué ha producido la democracia? No es necesario dar uno o cien ejemplos, los hechos saltan a la vista en todo lugar y tiempo, hombres y pueblos apáticos e indiferentes. ¿Por qué? La única respuesta que encuentro es la de no haber llegado a la esencia del hombre, se quedó en la primera capa de ese ser denominado humano.

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Antropocracia es colocar al hombre en el lugar destinado para el hombre; es el predominio de lo humano, es la sinergia de los sistemas que ha practicado el mundo, no es elemento, es producto; es cosa terminada, no materia prima.

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Antropocracia  ¿será pues, una civilización o una filosofía? Debe comenzar como una filosofía, una filosofía que derroque la apatía de los pueblos que da lugar al absolutismo, a ese poder corrompido cuya causa está en el mismo pueblo, pero nunca este pueblo encuentra que la causa única es él mismo. Eso ha producido la democracia. Se dirá: corrijamos esto y caminemos por el camino de la democracia. Lo repito, la democracia va tras el poder, en la Antropocracia el fin es el hombre. La Antropocracia va más allá de la mejor democracia.

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Hablar de democracia es hablar del pueblo, hablar de monarquía es hablar de súbditos, hablar de tiranía es hablar de oprimidos, hablar de imperios es hablar de subyugados, hablar de Antropocracia es hablar del hombre, el fin es el hombre, en las demás el fin es el poder. Esto es la Antropocracia, la utopía que resistirá el paso de la historia,  la conjunción de todos los valores del hombre, el valor de valores, el gobierno del Hombre. Más allá de mi Antropocracia no hay.